Razones para Esperanza

3 Octubre 2006

En un artículo previo, escribí sobre algunas razones por qué no creo que paz mundial sea posible. Pero hay también días cuando tengo mas esperanza.

Por ejemplo, la semana pasada escuché Amy Goodman hablando (en inglés) en el programa de radio KUOW llamada "Speaker's Forum" (Foro de Voceros, más o menos). Una de las cosas que dijo (y pienso que es correcta) es que si la gente de los EEUU ciertamente supieran lo que pasa en Irak, la guerra terminaría pronto. También dijo que en lugar de ser una minoría silenciosa, los pacifistas son realmente una "mayoría silenciado". Esencialmente, estaba dando a entender que los medios de comunicación tienen la culpa de la situación no pacifica que tenemos, por mantener la gente de los EEUU ignorante de lo que ocurre realmente y por hacernos sentir aislados por no decirnos lo que otros piensan sobre esto. Entonces tal vez el primer paso en el sendero hacía paz mundial es una revolución de los medios de comunicación, lo cual parece mucho más fácil que cambiar las políticas externas de los EEUU y lo que enseñan las religiones del mundo. Cuando la gente entienda lo que ocurre, demandará paz, y los líderes tendrán que darla a la gente.

Otra razón para esperanza es el movimiento de Comunicación No Violenta (sitio principal del movimiento en inglés) (o se puede visitar este sitio de Argentina en español). La premisa básica es que por entender que todos tenemos los mismos necesidades y deseos humanos básicos, y que todos tenemos las mismas emociones humanas básicas, podemos aprender a decir los nuestros y escuchar los de otros en una manera simple y directa, sin violencia o coerción. El movimiento enseña un método de esta comunicación que se puede usar para todo, de hablar con su familia y amigos a negociar entre gobiernos. Saber que existe este método de comunicación no violenta me ayuda en creer que hay una alternativa viable a la guerra, lo cual es, después de todo, solo una manera muy violente (y improductiva) de comunicar un desacuerdo. Entonces cuando decidamos que no queremos más la guerra, hay una buena herramienta para ayudar en sentarnos a la mesa con nuestros enemigos previos, y negociar las condiciones de paz.

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