Acabo de ver una buena película documental al Seattle International Film Festival llamado Waste Land (Tierra de Deshechos). Trata un proyecto de arte del artista Vik Muniz (nacido en Brasil y vive in Brooklyn, NY), que ocurrió en el vertedero lo más grande del mundo, Jardim Gramacho, en las afueras de Rio de Janeiro.
El proyecto de arte era fascinante: primero, Vik Muniz colaboró con trabajadores en el vertedero que cogen materiales reciclables de la basura, para hacer retratos fotográficos de ellos. Luego proyectó las fotos al suelo de un estudio grande, y Muniz y los trabajadores juntos hicieron mosaicos grandes, llenando las siluetas con materiales del vertedero. Se hizo fotos grandes de los mosaicos y se las vendó en subastas, y el dinero fue a los trabajadores y su unión.
Pero aun más interesante que el proyecto de arte eran las entrevistas con los trabajadores en la película. Trabajan en condiciones disgustadas -- la directora de la película (quien estaba presente para responder a preguntas después) nos dijo que debemos ser feliz que películas no huelan. Muchos de los trabajadores están allá hace la edad de 10 o 15, y todos tienen historias de malos tiempos para explicar porque tienen este trabajo. Pero al mismo tiempo, muestran mucha solidaridad, dignidad, y orgullo en su trabajo. Se han organizado en una unión, para asegurar que reciben un precio justo de los que procesan las materiales que toman de la basura, y se tratan como co-trabajadores (o aun familia) no como competición. Y cuando se los pregunta sobre su trabajo, después de decir tan disgustado es, también hablan sobre la importancia del trabajo al medio ambiente (toman materiales reciclable del vertedero) y indican que sin este trabajo, harían algo peor (narcotraficante, prostitución, etc.).
Piensa en esto: solidaridad, dignidad, y orgullo en personas que trabajan en un vertedero oloroso.